Tuesday, August 15, 2006

GALERAS 1

GALERAS DEL MOMENTO ACTUAL

Una vez más, en el Perú termina un gobierno y se inicia otro. Para el nuevo milenio, es la primera transferencia de un gobierno democráticamente elegido, que cumple su período completo de gobierno, hacia el siguiente, también producto de elecciones libres, secretas y universales. Desde 1990, no ocurría así. Curiosamente podemos establecer ciertas analogías entre la última transferencia presidencial ciento por ciento democrática del siglo XX, y la primera, con iguales características, del siglo XXI, en el aún lactante milenio del dos mil. En el 90, un presidente fracasado (Alan García) entregaba el mando a un prácticamente desconocido Alberto Fujimori. En este año, un presidente con un éxito relativo (que no puede ser desconocido), le entrega el poder a un archiconocido Alan García, por paradoja del destino aquél del gobierno desastroso de hace veinte años. En 1990, Fujimori fue elegido con votos del Apra y de la izquierda, quienes al votar por él, más que otra cosa votaron en contra de Mario Vargas Llosa, saboteando la posibilidad de que el escritor de ideas neoliberales, sea electo. En el 2006, la derecha conservadora (la más numerosa en nuestro país, aunque amorfa orgánicamente) y la derecha sólo entre comillas liberal (técnica y con afanes competitivos) mal reunidas en la inconexa Unidad Nacional, el neofascismo fujimorista y su capitalismo cavernario, la tradición mesocrática de Acción Popular, los movimientos evangelistas que entienden la política como rechazo a las ideas progresistas por temor al "peligro comunista", votaron por Alan García, pero no tanto por él, sino para evitar que Ollanta Humala sea elegido presidente. En otras palabras, su voto fue más en contra de Ollanta que a favor de Alan. En el 90 todos los medios de comunicación, como empresas y como prensa, hicieron abierta campaña en favor de Vargas Llosa, y perdieron. En este año, apoyaron con todas sus baterías a Alan García, y ganaron. Quién lo diría. Llegaría el día en que el Apra sería el salvador de la derecha. La historia da muchas lecciones.
En GALERAS consideramos que el éxito de una gestión presidencial implicará el éxito para todo el país. Por tanto deseamos que el nuevo gobierno aprista tenga los mejores resultados. Pero, de no ocurrir así, ya sabemos a quien pasarle la factura política. Y en cuanto a la proficua "publicidad engañosa", serán los medios de comunicación, los canales de televisión, prensa escrita, radiodifusoras, y sus líneas periodísticas, los que tendran que hacer las "meas culpas", de ser el caso. El Comercio, Canal 5 y su "Panorama", Canal 2 y su "Ventana Indiscreta", Canal 7 y toda su línea periodística, etc., no podrán criticar una no deseable mala gestión aprista, porque todos ellos también son padres de la criatura.
Lo más importante que ha dejado la candidatura de Ollanta Humala, ha sido el poner sobre la agenda y con urgencia, el problema de la pobreza extrema en especial en el sur andino, la carencia absoluta de Estado (el actual ya está en total proceso de descomposición, hace tiempo que hizo metástasis), el hecho de que las inmensas mayorías no se sienten representadas por un sistema político caduco. Consideramos que con el nuevo gobierno de Alan García, el Perú "criollo" y el Perú "pseudooccidental o pseudoeuropeo", tendrán una de sus últimas oportunidades. El Perú andino (o el Perú en esencia y originario) con su incontenible voluntad de integración desde una sabia tolerancia, seguirá transformando nuestra realidad, con candidatos a presidentes que lo traten de interpretar, o sin ellos.
En el 2001, el Galeote, más allá de su identificación con el socialismo entendido como la forma más pura de humanismo, votó por el neoliberal con "rostro humano", Alejandro Toledo, porque consideró que ya era hora de que gobierne al Perú alguién con fisonomía peruana: un indio, un cholo. Nuestro país necesitaba de una especie de Benito Juárez. Consideramos que, a pesar de que Toledo no ha logrado alcanzar las dimensiones míticas de Juárez para con los mexicanos, queda como valioso referente. En un contexto donde el problema más que racial, es CULTURAL, aumenta la autoestima del peruano promedio que su presidente sea igual que la mayoría. Y aumentará más ahora que ese presidente ha terminado su gestión en forma exitosa, cosa que prácticamente nunca había ocurrido.
En el 2006, Ollanta Humala representa a esos millones a los que el Estado formal nunca representó, era interesente la posibilidad de que por fin tengamos un presidente con APELLIDO PERUANO, que el mundo invertido que quedó después del encuentro de los dos mundos, continúe restableciéndose hacia el origen. Una vez ganador García, ha quedado demostrado que al proyecto humalista le falta madurar políticamente, perfilar mejor los objetivos, profundizar la integración entre sus militantes, superar una visión romántica de nacionalismo.
En todo caso, parece que por fin el Perú se encuentra en camino a ver su propio rostro, dotado de la fuerza incontenible de su gente pues, como dice Vallejo, "todo acto o voz genial (siempre) viene del pueblo o va hacia él ..."

EL GALEOTE

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