GALERAS 2
GALERAS DEL MOMENTO ACTUAL
(continuación)
Para la reciente elección de Alan García, ocurrió lo que nunca antes se había dado: TODO EL SISTEMA SE UNIÓ. Aquel sistema en decadencia y desfasado, unificó filas contra la amenaza del "salto al vacío" que, ante sus ojos, representaba Ollanta Humala. Enarbolando las banderas de "la democracia" y a partir de la paranoia de la derecha que, con sus temores, elevó a Humala a la categoría de presidenciable, nuestro sistema tradicional de política, léase tendencias de derecha, centristas con escape, neoliberales, grupos mesiánicos, el presidente Toledo (y su caricatura de partido), el empresariado, los medios de prensa, el gobierno norteamericano, los intereses y voluntades chilenos, la iglesia, etc., vieron en García, más que al "mal menor", a un verdadero salvador (hasta ahora no entendemos bien, de qué).
En los años veinte del siglo pasado, José Carlos Mariátegui analizando la paradoja que representaba para un país como el nuestro la denominada democracia representativa, llegó a una conclusión que, casi cien años después, continúa vigente: En el Perú prácticamente sólo tenemos una DEMOCRACIA FORMAL, un esquema, un cuadro sinóptico. Está dada por los cargos de quienes han sido electos (presidentes, ministros, parlamentarios), funcionarios y todo el andamiaje burocrático del Estado, que siempre ha representado sólo a un fragmento ínfimo de la totalidad de peruanos. Para Mariátegui, la deseable DEMOCRACIA REAL, la que se da de la interrelación de los individuos, es algo que siempre se anheló pero era casi inexistente ya en la época del Centenario. Y aún hoy, sigue siendo un objetivo al parecer inalcanzable, porque principalmente a lo largo de muchos "gobiernos" no se ha construido ciudadanía. En pleno siglo XXI, millones de peruanos no sienten tener la condición de ciudadanos, es decir, personas con derechos pero también con deberes. Y si la tienen, ésta ha degenerado o está deformada por la criollada llevada a niveles paroxísticos. De allí la incongruente relación con el poder de muchos compatriotas, o el que millones de pertenencia directa o indirecta a la cultura andina o a las demás culturas dialogantes con ésta, se sientan olímpicamente afuera de ese sistema de espurios pseudoeuropeos, criollos y mestizos oportunistas (hablando en términos de cultura y no de razas).
SI LA DEMOCRACIA NO ES INCLUSIVA Y DE TODOS, sencillamente NO ES DEMOCRACIA. De allí que quienes, sólo para las épocas de elecciones, se llenan la boca llamándose "demócratas", "campeones de la democracia", o denuncian que "la democracia está amenazada", no son sino sofistas, peliculineros cual espejos de vidrio, falsos profetas.
No entendemos cómo el candidato Humala NO ERA DEMÓCRATA, si competía en elecciones directas, universales y secretas. Había allí un contrasentido. Si uno de los candidatos, por sus planteamientos no era demócrata, entonces todo el proceso no lo era. Curiosamente a la candidata del fujimorismo, con toda la carga de inmoralidad, genocidio y de docencia negativa que representa la imagen del ex presidente, nadie la acusó de no ser demócrata. Humala estaba en el polo opuesto: en el de la dictadura. Y todo el resto en el de la democracia. De uno y de otro lado, no había ni tanta dictadura, ni tanta democracia. Lo cierto es que el gobierno de Velasco Alvarado hizo más por la democracia inclusiva que cien años de República Aristocrática. Y el error y la paradoja radican en poner como medida la condición de demócrata o de no demócrata, porque en el Perú, como ya lo dijo Mariátegui, la democracia sólo es formal, sólo es una apariencia. La democracia real, a lo largo de los años, gracias a los proyectos de germen colectivista, algo ha avanzado, por creación heroica del pueblo mismo, que con sabiduría y tolerancia ha ido domeñando la realidad a pesar de las adversidades. Los mejores ejemplos son: la Lima provinciana, Villa El Salvador, Huaycán, los Programas del Vaso de Leche, Comedores Populares, la cultura "chicha", el cholo que hace tiempo "ya no se chupa", una nueva clase media en los conos, la informalidad como punto de partida hacia una nueva formalidad (a pesar de todos sus defectos o deformaciones), etc. Y que han avanzado solos, navegando contracorriente, más bien hostilizados por el Estado formal, ineficiente, extranjerizante, terriblemente deshumanizado, o abiertamente inhumano: Cuando, en "Palacio de Gobierno" los eternos señorones están en ceremonias de vino de honor y de agasajos, a menos de cien metros de ellos, en las riberas del Rímac los niños a los que nuestra sociedad ha denominado sin ningún remordimiento como "pirañas", están inhalando pegamentos sintéticos, evadiendo la realidad que se ríe de ellos, pretendiendo, por fatalidad y cínicamente, representarlos.
La problemática de nuestro país no es nada fácil. Es extremadamente compleja. Y desde hace siglos, los que han tratado de darle solución, desde ese fragmento "estelar" que quieren hacer pasar por Estado, no han hecho sino ahondarla porque son sólo un esquema, mera forma, porque siempre han gobernado para solamente un porcentaje ínfimo de peruanos.
En la otra orilla, desde la informalidad, viene tomando cuerpo otra república, una REPÚBLICA INFORMAL, que lleva en su esencia a la democracia real de la que nos habla el Amauta y su sueño de un verdadero Perú. Quizás sea ella la que nos salve. Desde GALERAS trataremos de irla interpretando. Es todo un universo "cachina", hace tiempo visible pero curiosamente todavía muy poco explorado.
EL GALEOTE
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